Hace ya tiempo que formo parte del grupo de FotoTerapia y Fotografía Terapéutica en Linkedin, moderado por Judy Weiser. El contenido es interesantísimo, con contribuciones de fotógrafos, psicoterapeutas, arteterapeutas y personas interesadas en cómo la fotografía puede ayudarte a mirar tu realidad de otro modo.
En un post reciente de otra gran arteterapeuta, Cathy Malchiodi , se incluía un artículo que apareció en un blog de terapia llamado good therapy, acerca del potencial terapéutico de los autorretratos (selfies) que aquí copio - http://www.goodtherapy.org/blog/self-portrait-as-form-of-therapy-121313
En el artículo se relacionan una serie de proyectos y me llama la atención que vuelve a aparecer, con foto destacada al inicio, el “Tutu Project”. Lo que me hace pensar de este proyecto es que ”casi sin querer” alguien empieza haciéndose una foto al pasar por un momento difícil de su vida, lo comparte y acaba formando parte de un movimiento global con capacidad de fundraising propia.
Y de aquí el título de este post, adaptación de uno de mis dichos favoritos “cuidado con lo que deseas, por si se hace realidad” - “cuidado con lo que fotografías, por si se hace viral”. Una de las cosas que más me fascinan y que tienen mayor potencial de usar la fotografía en terapia es que cada persona otorga un significado distinto a la imagen que tiene delante. Así, una foto de un hombre entrado en años que decide fotografiarse luciendo un tutú rosa en distintos escenarios con el fin de hacer sonreír a su esposa durante su lucha contra el cáncer apela de algún modo al imaginario colectivo como para que personas de realidades absolutamente diferentes decidan identificarse con ella. Aunque (afortunadamente) ni ellos ni nadie conocido estén pasando por un cáncer. Y como consecuencia, no sabemos bien si en cierto modo a su pesar, esas fotos íntimas se han convertido en iconos no solo de una lucha, sino incluso del amor conyugal y tal vez hasta del lado femenino que todo hombre debería explotar.
